Casi 6 millones de personas se congregaron frente al televisor para ver la final del Mundial de fútbol femenino en la que España se proclamó campeón. Un 65,7% de cuota de pantalla que ya en sí es un hecho histórico si nos fijamos en los datos obtenidos anteriormente en retransmisiones deportivas protagonizadas por mujeres. Esta expectación sin precedentes se vio recompensada 103 minutos después con la victoria de las españolas, donde llegaron a aglutinarse, en algunos momentos, 8.858.000 de espectadores. Hoy, con la copa en las vitrinas de la Federación Española de Fútbol y con la resaca de una celebración que promete durar, desde distintos ámbitos se habla de un triunfo que trasciende lo meramente deportivo.
Este es también el diagnóstico de los profesionales de la psicología, para quienes el equipo nacional de balompié femenino es ya todo un ejemplo y representa los valores que se desprenden de la competición, se gane o se pierda. Para Pilar Conde, directora técnica de los centros de psicología y psiquiatría Clínicas Origen, estamos hablando capacidad, esfuerzo, optimismo, colaboración, perseverancia, superación, sacrificio y voluntad. Pero también de autonomía, respeto e igualdad, dado el largo camino que la mujer viene recorriendo para el reconocimiento de su valía en el deporte y a la necesidad de que se equiparen sus entorno de práctica a los del varón.
Por eso, enfatiza la experta, este mundial es ya un hito social, “que va a sumar de manera significativa al empoderamiento de la mujer, en la lucha por la igualdad de género”. No sólo han ganado la copa —añade—sino que va a generar un impacto significativo para las mujeres.
Las jugadores se han convertido en modelos a seguir, en referentes para niñas, jóvenes y adultas que ven en las campeonas no sólo la imagen del éxito, sino también el premio a la constancia, el esfuerzo, la dedicación y la pasión. Si ampliamos ese impacto al conjunto de la sociedad española, la terapeuta lo explica no sólo por el hecho de que el fútbol sea nuestro deporte rey, sino porque, como sucede con la alta competición, el éxito de una selección se traduce en la sensación de éxito de toda la población y contribuye al sentido de pertenencia a la misma.
En cuanto a la repercusión que va a tener en relación a esa igualdad de oportunidades y de consecución de logros entre hombre y mujer, desde Origen valoran muy positivamente ese estrella que las de Jorge Vilda lucen ya en sus camisetas, en tanto en cuanto, explican, va a suponer un avance a la hora de que se nivelen las condiciones profesionales de éxito “para negociar y adaptar modelos que pueden estar desfasados para la situación de las familias”. En el seno de éstas, el desarrollo de la mujer requiere de un ajuste de roles, ya que se sigue primando el desarrollo profesional del hombre al considerarse, en muchos casos, sino la mayoría, que la crianza es cosa de la mujer, y también porque tradicionalmente el grueso de los ingresos proviene del lado masculino.
Se seguirán analizando y viendo con el tiempo las consecuencias que lo sucedido en Sídney el domingo 20 de agosto de 2023 tendrá en nuestras vidas. Lo que es seguro es que, además de los aspectos antes citados, contribuirá a poner en valor la importancia del deporte sin importar la categoría. Fútbol, baloncesto, kárate, estos y todas las disciplinas, concluyen los psicólogos, resultan claves en nuestro desarrollo personal a través de la gestión de la frustración, la concentración, la comunicación en equipo y, sobre todo, y entre otras, la gestión de nuestras emociones.