El Granada vivió una noche para olvidar porque en el Mini Estadi se vio perjudicado por el árbitro y por el juego del Barcelona, que superó en todo momento al equipo de Fabri, además, creo que los jugadores se obsesionaron en exceso con el posible penalti que no pitaron a Alex Geijo y se salieron del encuentro.
En el primer tiempo pasó todo, porque Marc Bartra adelantó a su equipo en el primer cuarto de hora, después vino el penalti que el árbitro no pitó a Alex Geijo y donde se armó todo, y para rematar, se pitó unas manos rigurosa, aunque el penalti lo falló Soriano, que se quitó la espina después. En el segundo tiempo llegó el segundo del pichichi de la categoría y Sergi Roberto puso la puntilla con un remate de cabeza impresionante.
El problema para el Granada y Fabri no fue la derrota tan contundente ante el Barcelona, sino que encima los jugadores se cargaron de amarillas, y dos de ellos fueron expulsado Nyom y Siqueira, bajas muy sensibles para la vuelta.